Sociedad animal: ¿La vida en compañía proporciona ventajas?

Aunque en general el término sociedad se considera muy humano, no somos nosotros los únicos que conformamos grupos. Definimos sociedad como:

“Una agrupación natural o pactada, organizada para cooperar en la consecución de determinados fines”.

Los animales también se agrupan, pero entonces nos surge la pregunta ¿cuándo se empieza un grupo a considerar una verdadera sociedad? Antes de empezar a comentar los tipos de sociedades existentes, hay que dejar claro que todo esto se forma con el objetivo de conseguir un recurso, no de una manera altruista. Es decir, los animales formarán estos grupos para cooperar porque se tratan de estrategias evolutivamente estables; es decir, que les ayudan a perdurar la especie en el tiempo.

Animales pre-sociales

Sociedad de pájaros migrando, ejemplo de organización comunal

Sociedad de pájaros migrando, ejemplo de organización comunal

Los animales pre-sociales, son aquellos en los que se ha visto un nivel de contacto mayor que el sexual, que realmente no es considerado una buena organización o asociación, debido a que en la mayoría de los casos, se trata de un vínculo inestable. Dentro de animales pre-sociales también se establece una división:

  • Organización subsocial: Aquella en los cuales los individuos forman un grupo en las épocas de cría para realizar el cuidado parental de forma más eficaz. El ejemplo más común es la ballena jorobada.
  • Organización comunal: Se trata de una agrupación de individuos que no tienen que estar emparentados. No cooperan en el cuidado de las crías y su grado de cooperación es bajo. Este es el caso de las bandadas de pájaros que se unen para migrar.
  • Organización cuasi-social: Se tratan de agrupaciones de individuos que generalmente están emparentados y que forman un grupo en el que colaboran para la alimentación y el cuidado de las crías. Se organizan en grupos conocidos como clanes. El ejemplo más común es el de los leones.
  • Organización semisocial: Similar al caso anterior pero se produce una división de tareas a la hora de la reproducción. Es decir, podemos encontrar individuos de estos grupos que no se reproduzcan porque tienen otro fin. Suelen ser familia, pero no siempre tiene que darse el caso. Por ejemplo es el caso de las ratas de alcantarilla.

Sociedad animal verdadera

Las abejas son insectos eusociales

Las abejas son insectos eusociales

Llegamos por último a los animales que forman auténticas sociedades, los animales eusociales. Hablamos de las hormigas, termitas y algunos grupos de abejas, en las cuales hay una división clara del trabajo. En ellos se establece una clara cooperación para el cuidado de las crías, solapamiento generacional e incluso aparecen castas estériles: las obreras.

Y aunque parecería evolutivamente inestable que apareciesen individuos que no tienen la capacidad de reproducirse, no es así. Las abejas que no se reproducen, no lo hacen “altruistamente“. Sus hermanas obreras tienen un contenido genético muy similar al suyo. Así que aunque no puedan llegar a reproducirse, el contenido genético de la colonia pasará fácilmente a la siguiente generación. Por ello, hay una gran eficiencia biológica inclusiva, que es “la capacidad de dejar los genes para la próxima generación no dependiente de la descendencia solamente, sino también de tus hermanos o familiares”

 

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