Seguro que a lo largo de tu vida te han realizado un análisis de sangre para alguna cuestión médica. Es poco común que alguna persona no haya pasado por esta prueba en su vida, ya que, tu sangre dice de ti más de lo que piensas, pero no acerca de tu personalidad, sino más bien de tu estado de salud.

La mayor parte de la población se realizan un análisis de sangre con el fin de revisar que todo esté “funcionando correctamente” y para ello, los médicos buscan verificar las concentraciones de determinados compuestos en su organismo, es decir, sus biomarcadores. Además no sólo aparecen en los análisis de sangre, existen otras pruebas, como los de orina o heces, que contienen mucha información relevante sobre tu salud.

De hecho, su utilidad no se detiene aquí. Si, metafóricamente, planteásemos a la Tierra como un organismo (una visión organicista e incorrecta, por lo que tan sólo nos vale como metáfora), podríamos averiguar el estado de salud de sus ecosistemas a través de especies que denominamos “bioindicadores”. No entraré en mayor profundidad porque nuestros colaboradores se encargarán de explicarlo ampliamente, pero citando la frase de uno de ellos:

“(…) a fin de cuentas, tanto los humanos como los ambientes naturales son un sistema conformado por distintas partes interdependientes y conectadas por un delicado equilibrio dinámico entre sí.”

Si pasas la página y te quedas en el País de las Maravillas, te enseñaremos hasta dónde llega la madriguera de conejos