Nuestro estilo de vida está cambiando, y fruto de esto (en parte) estamos padeciendo algunas enfermedades derivadas de la exposición de agentes medioambientales, pudiendo empeorar nuestra calidad de vida. Por ello, muchos investigadores están centrando su atención en el estudio de moléculas orgánicas producidas por los seres vivos, conocidas como biomarcadores.
Algo tan pequeño como los biomarcadores está ayudando a los médicos en los procesos de diagnóstico y su tratamiento personalizado, haciendo que se puedan desarrollar fármacos específicos para cada paciente.
Los biomarcadores, indicadores de cambios en nuestro organismo, pueden ser localizados en sangre, mediante análisis de la misma, así como por técnicas como la resonancia magnética o las radiografías. La utilidad de estos biomarcadores es uno de los campos de estudio en aumento. La mayoría de estos biomarcadores han sido de gran utilidad para estudios sobre diferentes tipos de cáncer, logrando así tratamientos personalizados para los pacientes según los parámetros de éstos biomarcadores.
Agilización de diagnósticos
Aparte, se están llevando a cabo estudios que relacionan los biomarcadores presentes en pacientes con apnea o enfermedad del sueño. Este trastorno consiste en la interrupción de la respiración durante las horas de sueño y parece ser que se ha localizado una relación entre los ritmos respiratorios durante el sueño y las enfermedades cardiovasculares, es decir, que la apnea podría estar relacionada con la presión arterial elevada.
Sin embargo, es menos conocido el estudio reciente que está llevando a cabo un grupo de investigadores de la Loma Linda University School of Public Health de California, quienes están estudiando los biomarcadores en un grupo de veganos. Este colectivo se caracteriza por tener una alimentación exclusivamente a base de plantas, sin ninguna ingesta de animales o productos derivados de los mismos, como podría ser la leche o los huevos.
El interés radica en saber si el tipo de dieta puede modificar los biomarcadores presentes en sangre, orina y tejido adiposo. Por ello se analizó en un grupo de veganos la presencia de carotenoides (que son los pigmentos responsables de la coloración de frutas y verduras), así como las grasas saturadas, insaturadas y vitaminas. Tras estos análisis, se observó que los veganos tenían buenos niveles de los biomarcadores analizados que se relacionan con la prevención de ciertas enfermedades y el cáncer.
Por otra parte, los vegetarianos, personas que evitan solo el consumo de carne de animal sin llegar a suprimir de su dieta productos derivados de los mismos, vieron que tenían también buenos niveles de estos biomarcadores, cuyos datos eran bastante similares a los de los semi-vegetarianos, que son aquellos que consumen carne una vez al mes, pero menos de una vez cada semana.
Variantes de las dietas estudiadas
Cabe pensar que este tipo de dieta sería saludable y nos protegería frente al desarrollo de algunos tipos de enfermedades cardiovasculares, así como diferentes tipos de cáncer. Pero, por otra parte, los investigadores que llevaron a cabo el estudio señalan que la información acerca de la dieta de las personas que fueron sometidas al mismo fue reportada por ellos mismos, lo cual puede inducir a errores. Además de ello, el metabolismo varía de unas personas a otras, incluso para el mismo tipo de dieta.
Por tanto, el estudio de los biomarcadores en este tipo de personas es difícil, puesto que reaccionan de forma diferente frente a cada tipo de dieta.
Con eso sí se concluye que los biomarcadores presentan una gran utilidad frente a diferentes niveles y riesgos de enfermedades, e incluso que sus niveles son diferentes según la alimentación, pudiendo variar (y asumiendo que los datos son representativos y fiables) en aquellos individuos que tienen un consumo de carne de aquellos que no, fundamentalmente en el caso de los ácidos grasos e isoflavinas encontradas en plasma y orina.
