Los puertos deportivos son hábitats muy interesantes que a menudo pasan desapercibidos popularmente. Sin embargo, albergan ecosistemas peculiares llenos de vida submarina. Además, en estas áreas confluyen dos amenazas muy relevantes en el contexto del cambio global: la destrucción de hábitats naturales y la introducción de especies exóticas invasoras. En primer lugar, la población está creciendo de manera exponencial, y una gran parte de ella se concentra en áreas costeras. Esta presencia humana se traduce en una demanda de infraestructuras urbanas empleadas con fines comerciales, turísticos o residenciales. Por ello, las áreas costeras están sufriendo un proceso de transformación donde se destruyen hábitats naturales para construir estructuras artificiales en su lugar, tales como los puertos y sus estructuras asociadas. Esta destrucción de hábitats conlleva una pérdida o transformación de sus formas de vida asociadas, produciéndose cambios a nivel del ecosistema. Otra gran amenaza actualmente es la introducción de especies exóticas, que son aquellas que se introducen fuera de su área de distribución natural. Algunas especies exóticas pueden llegar a ser invasoras, que son aquellas que, además de establecerse en un hábitat no nativo, son agentes de cambio y pueden tener repercusiones negativas en la diversidad biológica autóctona, siendo en muchas ocasiones organismos muy competitivos desde un punto de vista ecológico, pudiendo desplazar a las especies nativas.
Los puertos deportivos presentan características que los hacen notablemente diferentes de las áreas naturales. Suelen presentar un nivel mayor de contaminación debido a su fuerte asociación con los humanos, también tienen una temperatura generalmente superior a la de zonas naturales y, debido a su arquitectura, tienen un bajo hidrodinamismo. Estos factores producen una pobre calidad ambiental y condiciones estresantes para los organismos que albergan, por lo que estos mismos deben ser especies generalistas tolerantes a condiciones de perturbación. Muchas especies exóticas tienen una amplia tolerancia ambiental, por lo que pueden establecerse en los puertos deportivos con facilidad. Así, estas áreas sirven como reservorios de especies exóticas, beneficiándolas en comparación con las nativas. Las estructuras portuarias, tales como pantalanes y cascos de embarcaciones, pueden ser usadas por parte de especies del biofouling para su establecimiento. El biofouling se define como el crecimiento de vida (tanto animal como vegetal) en superficies expuestas a medios donde se pueda desarrollar adecuadamente. Así, adheridos a las estructuras de los puertos deportivos, pueden encontrarse una gran diversidad de invertebrados marinos, como briozoos, hidrozoos, ascidias y poliquetos tubícolas.
Una de las especies más abundantes del biofouling en los puertos deportivos de las costas andaluzas es Sabella spallanzanii (Gmelin, 1791), un poliqueto suspensívoro tubícola de la familia Sabellidae. Esta especie es nativa del mar Mediterráneo y la costa Atlántica de Europa, y se ha introducido como exótica invasora en Australia, Nueva Zelanda y Brasil. Los individuos de S. spallanzanii presentan coronas de radiolas flexibles de coloración variable que filtran las partículas de alimento. Su tubo se compone de mucus endurecido, y puede llegar a medir hasta medio metro de longitud máxima aproximadamente. Es capaz de soportar elementos tóxicos tales como el arsénico, tiene una gran tolerancia a ambientes estresantes y además muestra preferencia por aguas ricas en nutrientes, por lo que los puertos deportivos constituyen un buen hábitat para esta especie.
Izquierda: Ejemplares de Sabella spallanzani asentados en pantalanes flotantes del puerto deportivo de Isla Canela, Huelva (ambiente artificial). Fotografía: J.M. Guerra-García. Derecha: Ejemplar de Sabella spallanzani sobre rocas de la playa de Marina del Este (ambiente natural). Fotografía: F. Sedano.
Sabella spallanzanii se considera una especie ingeniera del ecosistema, término que se define como aquella especie que estructura los componentes de su ambiente, aumentando de esa forma la complejidad del sistema, y creando hábitats que pueden ser colonizados por otras especies. El tubo de S. spallanzanii sirve como punto de anclaje para especies sésiles (aquellas que no se desplazan) como briozoos, cnidarios, ascidias y balanos, lo cual también ayuda a crear nuevos vectores de nicho. El hecho de que especies sésiles se sitúen sobre otras es algo curioso, debido a que, en otros grupos animales, como las esponjas, se ha visto que evitan la competición por el espacio mediante mecanismos químicos tales como sustancias disuasorias. Sin embargo, en poliquetos no se han encontrado mecanismos de ese tipo, lo cual permite una colonización de otras especies sésiles y un aumento de la complejidad estructural. Así, el tubo del poliqueto y su fauna sésil asociada sirven como refugio contra las corrientes o los depredadores para especies vágiles, que son aquellas que pueden desplazarse. Esta fauna asociada incluye principalmente a pequeños crustáceos (anfípodos, isópodos, tanaidáceos), pero también se encuentran otros grupos como poliquetos, moluscos, equinodermos, nematodos… Además, la estructura del tubo de S. spallanzanii permite que sus organismos asociados se eleven en la columna de agua, lo cual puede ayudar a mejorar la disponibilidad de sus alimentos. La actividad filtradora de S. spallanzanii también repercute en sus alrededores, ya que afecta a la hidrodinámica del ambiente, y sus deposiciones pueden modificar la concentración de nutrientes e incluso la actividad microbiana. Así, en áreas tan perturbadas como pueden ser los puertos deportivos, S. spallanzanii, con su presencia y actividad biológica, permite que haya un aumento en la biodiversidad asociada a estos hábitats.
Varias de las especies asociadas a S. spallanzanii en puertos deportivos andaluces son exóticas, y en algunos casos, invasoras. Esto es un factor importante a tener en cuenta, ya que una especie nativa de nuestras aguas está facilitando el asentamiento de especies que pueden ser perjudiciales para el ecosistema, ya que dichas especies pueden ser transportadas por embarcaciones de recreo hacia hábitats naturales. Además, las especies exóticas producen cambios en el hábitat que aumentan la probabilidad de que otras especies exóticas puedan establecerse, proceso conocido como “invasional meltdown”. De modo que S. spallanzanii funciona como vía de entrada para especies exóticas que se asientan sobre la superficie de sus tubos, y estas especies ya establecidas llevarán a cabo cambios que faciliten el establecimiento de otras exóticas. También debe tenerse en cuenta que S. spallanzanii se considera invasora en diversos puntos del planeta, y con ella se transportan sus especies asociadas. Esta información tiene un gran valor desde un punto de vista de la gestión de puertos deportivos, ya que la introducción de especies invasoras puede dañar potencialmente nuestros ecosistemas y otros lejanos, de modo que estudiando a fondo la función de S. spallanzanii como ingeniera, se podría incluso prevenir futuros “invasional meltdown” en otras zonas fuera de su distribución.