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#PreguntasHN ¿Por qué me huelen los pies?

#PreguntasHN ¿Por qué me huelen los pies?

¿Te huelen los pies?

¿Te huelen los pies?

En más de una ocasión habremos oído esa expresión de “aparta de mi esos pies, que huelen a queso de Cabrales”. Lamento decir que hay determinados casos en los que el hedor es prácticamente insoportable, más aún si el individuo que nos regala con tan fragante olor no sigue unas simples pautas para remediarlo, como el uso de antitranspirantes o desodorantes. Aunque a decir verdad y para hacer justicia, el mal olor de pies guarda tanta relación con una deficiente higiene personal como con la composición de la microbiota o flora bacteriana que habita en nuestros apéndices locomotores. Si la primera falla, se retroalimenta necesariamente la segunda.

Se estima que nuestro pie contiene una densidad de 600 glándulas sudoríparas por centímetro cuadrado, una densidad mucho mayor si las comparamos con las 150 que podemos encontrar en nuestra espalda. Así, durante el proceso de transpiración y refrigeración (recordad, sudamos para no sobrecalentarnos), nuestras glándulas sudoríparas liberan un nutritivo caldo de cultivo para las bacterias que habitan en nuestra piel (más concretamente, en nuestros pinreles). El sudor, es una rica sopa que en un 99% se compone de agua, el 1% restante contiene cloro, potasio, amoniaco, urea, ácido láctico, proteínas… Una dieta variada y equilibrada para nuestras bacterias, que en su pantagruélico1 festín nos van a dejar como restos de la opípara2 celebración un desagradable y característico olor a queso. Pero no adelantemos acontecimientos, que antes debemos poner nombre a los comensales.

Imagen de Corynebacterium glutamicum. Este género de bacterias resulta fácilmente reconocible al microscopio por presentar una estructura característica en forma de “V” o letras chinas.

Imagen de Corynebacterium glutamicum. Este género de bacterias resulta fácilmente reconocible al microscopio por presentar una estructura característica en forma de “V” o letras chinas.

La piel de nuestros pies está enriquecida por individuos pertenecientes a taxones como Brevibacterium linens, Corynebacterium spp., Micrococcus spp., Propionibacterium spp., y diversas Betaproteobacterias, destacando sobre todas ellas por su elevado número las del género Staphylococcus. A pesar de que estas bacterias se distribuyen cuasi-homogéneamente por la superficie del pie, se concentran en mayor número en la zona interdigital de la planta.

Como ya hemos aventurado, las bacterias de nuestros pies se alimentan de las excreciones de nuestras glándulas sudoríparas, que entre otros muchos productos, incluye pequeñas proteínas, las cuales pueden estar compuestas por átomos de azufre (S). Como bien sabrán, las proteínas se componen de 20 aminoácidos diferentes que se combinan de diferentes formas a fin de lugar a las proteínas. De entre esos 20 aminoácidos, dos, la metionina y la cisteína, incorporan en su estructura átomos de azufre. Hasta aquí, un breve repaso de la Química que estudiamos de niños en Bachillerato. Pero… ¿recuerdan algún otro compuesto pestilente relacionado con el azufre? Si, ¿verdad?

Como en el caso del hediondo sulfuro de hidrógeno (H2S), que olía literalmente a huevos podridos, las bacterias que habitan en nuestros pies liberan la que para muchos es la sustancia con peor olor del mundo: metilmercaptano o metanotiol. De esta forma, durante la degradación de las proteínas, las bacterias transforman metionina en metilmercaptano, un compuesto que nos repugna sobremanera. De hecho, el metanotiol huele tan mal que algunos parientes químicos próximos se añaden al gas butano con la única finalidad de ayudarnos a detectar una posible fuga de gas en nuestros hogares, puesto que como bien saben, el gas butano per se es inodoro.

“Las bacterias que habitan en nuestros pies liberan la que para muchos es la sustancia con peor olor del mundo: metilmercaptano o metanotiol”

Estructura química del metilmercaptano o metanotiol. El metilmercaptano o metanotiol es considerado un tiol de acidez débil. Este compuesto volátil se produce de forma natural por la descomposición de las proteínas que llevan a cabo diferentes microorganismos

Estructura química del metilmercaptano o metanotiol. El metilmercaptano o metanotiol es considerado un tiol de acidez débil. Este compuesto volátil se produce de forma natural por la descomposición de las proteínas que llevan a cabo diferentes microorganismos

Podríamos decir que el metilmercaptano y nuestro olfato han evolucionado de manera paralela. El olor a metilmercaptano es sinónimo de putrefacción, de proteínas en descomposición, lo que implica que nuestra respuesta instintiva ante su presencia sea alejarnos, ya que un estrecho contacto con restos orgánicos en proceso de descomposición podría ocasionarnos severos problemas de salud.

Así, y contrariamente a lo que podríamos pensar, el sudor no huele. El olor que percibimos es debido a gases que, como el metilmercaptano, emiten las bacterias a la atmósfera durante el proceso de digestión de las proteínas. Simplificándolo mucho, el olor que llega hasta nuestros senos nasales es el equivalente bacteriano a uno de nuestros “pedetes”. Una flatulencia microbiana, si lo desean.

Una vez resuelto este enigma, me surge otra duda. ¿Sabía Emilio Aragón cuando escribió el hit “Te huelen los pies” que el causante del mal olor de los pies de su amigo eran Staphylococcus, Corynebacterium y compañía? En lo que sí acertó es en que se trata de un “aire irrespirable, insoportable” que “te atrapa sin querer”.

 

 

Notas

Notas
1 Que es muy abundante.
2 Abundante y espléndido.

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Autor Eduardo Bazo Coronilla

Licenciado en Biología. Fue colaborador del grupo de investigación PLACCA (Plantas Acuáticas, Cambio Climático y Aerobiología) en el Dpto. de Biología Vegetal y Ecología de la Facultad de Farmacia (Sevilla). Micófilo


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