¿Qué es el Parkinson? ¿Tiene cura?

Qué se entiende por Parkinson

El Parkinson es un tipo de enfermedad neurodegenerativa que se produce por la degeneración de neuronas de los ganglios basales, sustancia negra y núcleo estriado, un grupo de núcleos cerebrales que intervienen en el control del movimiento, aunque también en cierta medida sobre los ganglios basales del globo pálido y del núcleo subtalámico. Esta degeneración irreversible provoca que no se produzca suficiente cantidad de dopamina, un neurotransmisor muy importante del cerebro.

La ausencia de dopamina provoca una pérdida del control y la aparición de los síntomas motores

Tiene un alto índice en personas mayores de 60 años, tan sólo en España habían unos 300.000 habitantes que lo sufrían, según un estudio realizado en 2016, con un nuevo caso por cada 10.000 habitantes por año¹. Esta cifra que a priori parece pequeña, significa que, según el censo de ese mismo año, habrían 4656 personas más viviendo con Parkinson.

→ AVISO: Si usted, lector, presenta alguno de estos síntomas o cree poder presentarlos, consulte con un médico especialista.

Síntomas del Parkinson

La degeneración es lenta, la Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU² expone los siguientes síntomas:

• Temblor en las manos, los brazos, las piernas, la mandíbula y la cara
• Rigidez en los brazos, las piernas y el tronco
• Lentitud de los movimientos
• Problemas de equilibrio y coordinación

Causa neurológica de los síntomas

Con el paso de los años los síntomas se agravan. La degeneración irreversible de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra, que proyectan al caudado o al putamen, reciben cada vez menos dopamina. Esta molécula controla su actividad, por lo que su ausencia provoca una pérdida del control y la aparición de los síntomas motores ya comentados. Con el tiempo, la vía que recorre el tálamo hasta la corteza se acaba inhibiendo, provocando una deficiente activación cortical. Los primeros síntomas aparecen cuando ya se ha perdido el 60-70% de neuronas, según afirma el Instituto Nacional de Enfermedades Neurológicas³.

Esta enfermedad puede estar asociada a un origen genético, pero solo supone un pequeño porcentaje de personas que tienen mutaciones genéticas, aún así, hay determinadas variaciones genéticas que podrían aumentar el riesgo a padecerlo, pero de manera no determinante.

También puede estar producida por exposición a tóxicos ambientales que provocan la muerte selectiva de las neuronas dopaminérgicas, como intoxicaciones con MPTP⁴, que se internaliza selectivamente en las neuronas dopaminérgicas por transportadores de dopamina, matando posteriormente a la célula⁵ o la exposición a algunos pesticidas.

Muchos casos son de origen desconocido.

Tratamiento

Se trata, como se comentó al comienzo, de una enfermedad que no tiene cura. Es una enfermedad progresiva, existen tratamientos que mejoran la sintomatología y la vida del paciente. Como ejemplo de esto, se puede utilizar L-DOPA (precursor de la síntesis de dopamina), ya que según la Fundación Nacional del Parkinson, es un tratamiento eficaz con fluctuaciones según las dosis, pues la efectividad se va perdiendo a lo largo del tiempo hasta la siguiente dosis.

La estimulación cerebral profunda es muy utilizada hoy en día para tratar esta enfermedad. Consiste en la implantación de electrodos de estimulación en el núcleo subtalámico de manera crónica⁶. Este núcleo se vuelve hiperactivo con la enfermedad y desencadena parte del cuadro motor. Los electrodos inhiben la actividad excesiva de este núcleo, mejorando mucho la sintomatología sobre los efectos motores inherentes al Parkinson.

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