María Sibylla Merian nació en Frankfurt, Alemania, el 2 de abril de 1647. Fue hija única de Matthäus Merian y Johanna Sibylla Heim. María tenía solo tres años cuando perdió a su padre, quedando a cargo de su madre Johanna, así como de su padrastro Jacob Marrel, pintor especializado de bodegones florales. Los años formativos de María comenzaron recolectando insectos para las obras de Marrel, quien le enseñó a pintar, dibujar y grabar. María siempre tomaba como modelo las plantas en general, y las orugas en particular se convirtieron en los principales temas de interés artístico.
Su faceta de naturalista comienza a la edad de trece años pintando sus primeras imágenes de plantas e insectos que capturaba directamente para analizarlos, prefería dibujar insectos vivos ya que la mayoría de los científicos de la época solo analizaban ejemplares muertos. Una ventaja de tener insectos vivos fue que le permitió estudiar la metamorfosis de las orugas a detalle. En estos primeros años de su carrera, las observaciones e ilustraciones de María de insectos y plantas en varias etapas de la vida fueron notables por su calidad científica. Con esto se desmienten las ideas erróneas que se tenían acerca del surgimiento de animales del lodo mediante la generación espontánea, una creencia arraigada muy firmemente en esa época.
A los 18 años, en 1665, María se casa con Johann Andreas Graff un pintor especializado en arquitectura, también alumno de Marrel, con quien tuvo su primera hija Johanna Helena poco después la familia se muda a Núremberg ciudad natal de Graff, donde nace su segunda hija, Dorothea María. Continuando con sus estudios de los insectos, así como de las plantas de las que se alimentan la llevan a publicar en 1675 Neues Blumenbuch (El Nuevo Libro de Flores), dejando atrás los modos tradicionales de ilustración conocidos en los tratados botánicos de los siglos XVI y XVII para obtener composiciones balanceadas más completas que representa una de las colecciones más impresionantes de grabados florales creados por una mujer. Culminando con esta compilación de ilustraciones botánicas en 1680.
En 1679, tras largos años de observación e investigación publica el primer volumen de Der Raupen wunderbare Verwandlung und sonderbare Blumennahrung (Las orugas, su maravillosa transformación y la peculiar alimentación de las flores) donde en cada ilustración representa los diferentes estadios del insecto, desde larva hasta mariposa, pasando por el estado de pupa o crisálida, además de resaltar la importancia de las relaciones tróficas entre plantas e insectos. Esta combinación entre botánica y entomología coloca a María como la primera estudiosa de la ecología, muchos años antes que Ernst Haeckel acuñara formalmente este término. En 1681 tras la muerte de su madre, María y sus dos hijas regresan a Frankfurt, dos años después publica el segundo volumen de esta obra, en la que describió a detalle la metamorfosis de polillas y mariposas. Cada insecto se muestra a un lado o sobre su fuente de alimento acompañado por una descripción de la etapa de la metamorfosis ilustrada.
En 1685 se separa de Graff y se mudan a Holanda donde María y sus hijas se unieron a una colonia de labadistas (los labadistas era una comunidad religiosa protestante del siglo XVII fundado por Jean de Labadie), durante este tiempo tuvo la oportunidad de estudiar la fauna y flora procedentes de todos los rincones del mundo, revisando cuidadosamente varias colecciones de insectos traídos sobre todo de las Indias orientales y occidentales, tanto de coleccionistas aficionados, familias acaudaladas así como también del jardín botánico de la ciudad. María encontró una innumerable cantidad de insectos que jamás había visto, desconociendo su origen y reproducción. Pudo observar que los viajeros que regresaban de Sudamérica lo hacían con bastas colecciones de insectos, lo que llamó de inmediato la atención de María. Todo esto la llevó a emprender el viaje de sus sueños de ir a Surinam.
En 1699 finalmente emprende el viaje con su hija Dorothea a lugares de un país tropical casi desconocido de dicha región sudamericana, pese a las reticencias de amigos y familiares ya que a una mujer difícilmente se le dejase participar en las expediciones. El viaje le brindó a María y Dorothea la oportunidad única de explorar, recolectar y pintar toda clase de insectos, plantas y otros animales que les parecían interesantes, muchas de estas eran nuevas especies no descritas.
Sin embargo, después de menos de dos años, se contagia de malaria y regresa a Ámsterdam en 1701. Tras su regreso publica en 1705 Metamorphosis insectorum Surinamensium (La metamorfosis de los insectos de Surinam) en latín y holandés, donde clasifica y describe el ciclo de vida de gran cantidad de insectos. En cada uno de los 60 grabados detalla su relación con las plantas de las que depende o comprende alguna fase de su desarrollo. Mostró, por ejemplo, que cada oruga depende de un pequeño número de plantas para su alimentación y que, por lo tanto, los huevos eran puestos cerca de esas plantas. Esta magnífica obra es posiblemente el trabajo más importante en su carrera, no solo por la belleza de los grabados sino también por su infalible valor científico, porque da a conocer plantas y animales desconocidos de dicha región, las descripciones de los insectos sobre su conducta y desarrollo la alejaba de los clásicos naturalistas que sólo describían y clasificaban.
“He creado la primera clasificación de todos los insectos con crisálida, las capillas que vuelan de día y las lechuzas que vuelan de noche. La segunda clasificación es para los gusanos, orugas, moscas y abejas. Conservé los nombres de plantas, ya que eran utilizados en América por los habitantes y los indios”
En 1711, sufre una apoplejía y queda parcialmente paralizada, aunque continúa su trabajo durante otros seis años más, hasta morir en Ámsterdam el 13 de enero de 1717. Tras su muerte su hija Dorothea publicó el tercer volumen de Raupenbuches (Libro de orugas) en el cual se muestra la transformación de los insectos en conjunto con las respectivas plantas hospedadoras. Varias especies de insectos y plantas fueron nombrados en su honor. Sus obras originales se han conservado en archivos y museos de todo el mundo, desde San Petersburgo hasta Nueva York, y han sido objeto de innumerables publicaciones, exposiciones y novelas. De especial atención por botánicos, entomólogos e historiadores interesados en la historia de la ciencia, el arte, la religión y la economía.
Referencias bibliográficas:
- Etheridge, K. 2011. María Sibylla Merian: The first ecologist?
- Kutschera, U. 2017. María Sibylla Merian (1647-1717): Pionierin der Entwicklungsbiologie und Ökologie. Biologie in unserer Zeit 47:28-36.
- The Woman Who Made Science Beautiful | www.theatlantic.com