Historia de una flor

Con la gripe, tendemos a emplear nuestro tiempo de reposo en la cama en tareas productivas. A mí, que cuando la gripe me agarra me suele dejar para el arrastre durante un par de semanas, me ha dado tiempo de leer un nuevo libro. En esta ocasión, el libro que recomiendo leer no se circunscribe estrictamente al ámbito de lo que podríamos denominar divulgación, sino que se trata de una ficción novelada que lleva por título “Historia de una flor”.

Portada de la novela "Historia de una flor", de la escritora barcelonesa Claudia Casanova, donde recoge la pasión de Alba por la botánica.

Portada de la novela “Historia de una flor”, de la escritora barcelonesa Claudia Casanova, donde recoge la pasión de Alba por la botánica.

Que no os lleve a engaño el título de la novela, pues “Historia de una flor” es mucho más que una simple novela romántica o de amor, ya que su protagonista, Alba es una chica curiosa que pasa las horas muertas recolectando cada flor del valle donde habita. Tan minuciosa es su labor botánica, que examina y cataloga todo ejemplar que encuentra a su paso. Hasta aquí, nada del otro mundo, ¿cierto? Pero, ¿qué ocurre si os digo que hasta la residencia de verano donde Alba y su familia pasan la canícula estival llega el afamado botánico centroeuropeo Heinrich Willkomm? La botánica da paso a una trama que puede resultarnos muy interesante.

En esta obra, Claudia Casanova nos narra la historia de amor que sacudió las vidas de Willkomm y Alba, cuyo personaje se inspira en la botánica Blanca Catalán de Ocón, primera mujer botánica española que, además, tiene el honor de haber dado nombre a una planta que ella misma había descubierto (Saxifraga blanca). Durante su juventud, Blanca se dedicaría a herborizar cada flor que encontró a lo largo y ancho del Valle de Valdecabriel, fruto del cual publicaría en 1880, dentro del períodico La Provincia, el “Catálogo de las plantas colectadas por la srta. Blanca Catalán de Ocón en el valle de Valdecabriel“, donde se recogen 83 ejemplares acompañados de sus nombres científicos.

Aún tratándose de una obra de ficción, Claudia Casanova teje un sublime paralelismo entre el personaje (Alba) y Blanca Catalán de Ocón usando el mejor recurso posible, la literatura. Tal y como ha explicado a los diferentes medios de comunicación.

Quería contar un enamoramiento doble: el de una muchacha del siglo XIX por la ciencia botánica que se inspira en hechos reales y en la persona de Blanca Catalán de Ocón, y el romance entre mi protagonista y un científico alemán, que son hechos ficticios y que atienden al privilegio de un escritor […] transformar la realidad en sueños y hacer soñar al lector con ellos”.

Aunque debemos recordar que se trata de una obra de ficción, “Historia de una flor” (Ediciones B) nos descubre la figura de una mujer, Blanca Catalán de Ocón, cuyo nombre se ha perdido en la bruma de la historia. Aún queda mucho por estudiar, investigar y escribir sobre el papel de esta mujer fundamental en la botánica española y europea. Con esta novela, Claudia Casanova ha conseguido poner sobre la mesa el nombre de una mujer que quedó anulado por el correlato temporal que únicamente los hombres están destinados a escribir.

 

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