La contaminación atmosférica o polución se define como la presencia de diferentes sustancias, generalmente producto de la actividad humana, que dañan o ponen en riesgo tanto la salud humana como a los diferentes ecosistemas. Concretamente en la atmósfera se refiere a partículas de sustancias que quedan suspendidas en el aire y afectan a su calidad; aunque puedan reaccionar y caer al suelo en forma de lluvia ácida como veremos más adelante.
Estas sustancias pueden provenir de muchas fuentes, como el humo de los coches, humo de volcanes, incendios, aerosoles, etc. La Tierra ha sido capaz de “amoldarse” a los contaminantes producto de sucesos naturales, regulándose mediante diferentes procesos para mantener sus ecosistemas. El problema es que con el desarrollo de la actividad humana, se han producido una mayor cantidad de gases contaminantes en una menor cantidad de tiempo.
Ver nuestra animación sobre las capas de la atmósfera y su relación con el aumento de la temperatura y los gases de efecto invernadero.
Este crecimiento de gases contaminantes en la atmósfera empezó a ser visible desde hace casi 300 años, con la Revolución Industrial. Desde entonces, la aparición de fábricas, medios de transporte y combustibles fósiles, entre otros, han favorecido el aumento de gases como óxidos de azufre o de nitrógeno.
Efectos de la contaminación atmosférica
Estos gases que acaban acumulándose en la atmósfera pueden reaccionar de diferentes maneras con el resto de gases que aquí se encuentran o, pueden interactuar con otros elementos de su entorno. En base a esto podemos distinguir:
- Contaminantes atmosféricos primarios: No necesitan reaccionar con sustancias de la atmósfera para provocar daños. Por ejemplo, el dióxido de azufre (SO2) producido por la combustión de combustibles fósiles dañan a la vegetación por la lluvia ácida al mezclarse con el agua y, puede irritar los pulmones al ser inhalada.
- Contaminantes atmosféricos secundarios: Son sustancias que surgen como productos de reacciones químicas en la atmósfera. Por ejemplo, el dióxido de nitrógeno también producto de la quema de combustibles fósiles y contribuye a la formación de lluvia ácida.
La lluvia ácida
A nivel ecológico, la lluvia ácida es una consecuencia grave de la contaminación atmosférica, teniendo efectos tan graves como:
- Acidificación de ecosistemas acuáticos: Lo que dificulta el desarrollo de vida acuática, impidiendo – entre otras cosas – la correcta formación de las conchas de crustáceos y moluscos.
- Destrucción de zonas forestales: Debido a que el aire en la atmósfera puede transportar estos compuestos largas distancias, la lluvia ácida puede caer sobre bosques o zonas forestales. Daña las hojas, a la fauna y a los microorganismos de la zona.
- Destrucción de infraestructuras: Determinados edificios y construcciones están hechas del mismo material que las conchas de ciertos moluscos, de carbonato de calcio (CaCO3). Al reaccionar con este, lo disuelve y acaba por corroer la estructura de ciertos edificios construidos con mármol o calizas.
- Desequilibrio de los nutrientes del suelo: Debido a su carácter ácido, algunos nutrientes quedarán inaccesibles para las plantas, empobreciendo los suelos y haciendo más vulnerables a las plantas contra las plagas.
Efecto Invernadero y el Cambio Climático
Determinados aerosoles tienen compuestos que reaccionan con la capa de ozono que nos protege de los rayos solares potencialmente dañinos, por lo que al degradarlo nos deja expuestos a dichos daños.
Nuestro colaborador, el doctor Juan Arcenegui Troya, te explica en profundidad en su artículo “Los gases de efecto invernadero“ los efectos de dichos gases.
Además, algunos de los gases producidos por la quema de combustibles (metano y CO2), provocan que la Tierra se convierta en una especie de “Invernadero Natural”. Este es el proceso conocido como “Efecto Invernadero” que comentábamos al comienzo. Aún así, el aumento de estos gases de efecto invernadero también están provocando que cada vez se “atrape” más energía, elevando la temperatura de la Tierra y favoreciendo el Cambio Climático, que podemos observar como:
- Alteraciones y desaparición de múltiples especies dependientes de la temperatura
- Aumento de problemas medioambientales como inundaciones, sequías, huracanes, etc.
- Deshielo de los casquetes polares y su consecuente aumento del nivel del mar
El químico Omar Yaghi, un investigador de la Universidad de California, desarrolló en 2018 nuevos materiales altamente porosos capaces de atrapar CO2. Te lo explicamos en profundidad aquí ¿Es posible atrapar el dióxido de carbono de la atmósfera?
Las alteraciones producidas en por la contaminación atmosférica pueden tener consecuencias devastadoras para la vida humana y para los ecosistemas. Por esta razón, muchos científicos están investigando diferentes métodos para reducir las poluciones producidas por nuestra actividad, o bien conseguir atrapar y reducir los gases nocivos que puedan estar en la atmósfera.