El 15 de septiembre de 1835 llegó a las islas Galápagos el HMS Beagle. Cuando Charles Darwin desembarcó por primera vez en este archipiélago volcánico, se encontró un paisaje prístino y prácticamente deshabitado; el archipiélago había evolucionado al margen del ser humano durante cinco millones de años. El establecimiento de seres humanos en el archipiélago no ocurrió hasta bien entrado el siglo XVI cuando los piratas ingleses comenzaron a usar numerosas islas como escondite, una actividad que se prolongó durante dos siglos. A finales del siglo XVIII la expedición Malaspina visitó el archipiélago con fines científicos, aunque los resultados nunca se publicaron, y en 1835 desembarcó la tripulación del capitán FitzRoy. Desde la llegada de Darwin a las islas, el paisaje se ha visto modificado drásticamente. La población actual asciende a casi 30.000 habitantes y la principal fuente de ingresos del archipiélago es el turismo, una actividad en constante aumento: se estima que unos 200.000 turistas visitan las islas cada año. A las consecuencias derivadas del turismo se suman las de la construcción, agricultura, pesca, comercio marítimo e incluso las del cambio climático, fenómenos que están alterando completamente el ecosistema de las islas Galápagos.
Larvas de la mosca Philornis downsi en el material de un nido de pinzón de Darwin. Fotografía de Jody O’Connor. Fuente: Charles Darwin Foundation
La introducción de especies exóticas invasoras es otro factor antrópico que está amenazando seriamente la conservación y biodiversidad de las islas. Estas especies, entre las cuales se encuentran la rata negra, el gato, el perro o multitud de especies de artrópodos, ya han provocado la extinción de varias especies endémicas de las islas (como el petirrojo bermellón o el ratón de Darwin). Los pinzones de Darwin podrían ser las siguientes especies en extinguirse debido, precisamente, a una especie invasora: la mosca Philornis downsi. Este múscido[1], nativo del centro y sur de América, se introdujo en las islas desde Ecuador en la década de 1960 gracias al tráfico marítimo y aéreo. Philornis downsi constituye actualmente la mayor amenaza para los pinzones de Darwin y otras aves del archipiélago. Está presente en 11 de las 13 grandes islas del archipiélago y las mayores abundancias se registran en los años lluviosos y en las regiones húmedas de las islas. ¿Pero por qué Philornis downsi supone una grave amenaza para la conservación de los pinzones?
Las larvas de este múscido requieren obligatoriamente de los pollos de las aves para alimentarse y sobrevivir, es decir, son parásitas. Una vez eclosionan de sus huevos, las larvas ascienden por el material del nido durante la noche y se introducen en las fosas nasales de los pollos (imágenes 1 y 2). Una vez allí, comienzan a alimentarse de su sangre, restos de queratina y epidermis y otros tejidos. Cuando las larvas han obtenido suficiente alimento, se escapan de las fosas nasales y se esconden en el material del nido para pupar. Las pupas acabarán metamorfoseando en moscas adultas de vida libre que, tras aparearse, depositarán sus huevos en otro nido, retornando así al inicio de un ciclo que dura solamente 20 días. Aunque Philornis downsi ya ha parasitado a todos los paseriformes del archipiélago, en los pinzones de Darwin registra los mayores índices de mortandad. La actividad parasítica de Philornis downsi disminuye el crecimiento de los pollos de pinzón, les provoca anemia, les deforma el pico y les debilita físicamente, disminuyendo además la petición de alimento y muriendo de inanición. Varios estudios han demostrado que la calidad del canto y la salud de los pinzones supervivientes se ven enormemente afectados por la parasitación de las larvas, teniendo incluso repercusiones negativas en el posterior emparejamiento cuando son adultos. Sin embargo, lo más común es que las larvas acaben matando a los pollos. En los nidos de pinzón de Darwin, Philornis downsi registra sus mayores tasas de mortalidad, llegando a matar a la nidada entera de muchos nidos.
Pollo de pinzón picomediano (Geospiza fortis) con deformaciones en sus fosas nasales debido al parasitismo de larvas de Philornis downsi. Fotografía de Sarah Huber). Fuente: Sabrina M. McNew y Dale H. Clayton (2018).
Para que os hagáis una idea del potencial invasor y las graves consecuencias que tiene esta mosca sobre la supervivencia de los pinzones, os proporcionaré algunos datos. A día de hoy más del 85% de todos los nidos de pinzón de Darwin están parasitados por Philornis downsi, cuyas larvas matan a más de la mitad de todos los pollos de pinzón de un año. Es tal la mortalidad que provoca Philornis downsi, que se estima que en menos de 100 años pueda provocar la extinción de especies como el pinzón picomediano (Geospiza fortis). Otros estudios han apuntado a que Philornis downsi pudo haber llevado al pinzón modesto (Camarhynchus pauper) a la delicada situación en la que se encuentra (en peligro crítico de extinción), ya que sus nidos albergan la mayor cantidad de larvas de entre todos los pinzones. En la isla de Floreana, por ejemplo, se ha observado que las hembras de Philornis downsi depositan sus huevos cada vez antes y que la mortalidad de los pollos de Floreana está ascendiendo con los años. Las larvas pueden además transmitir virus que podrían empeorar la situación de los pinzones, aunque se necesitan más estudios para confirmar esta posibilidad. Y para colmo, las larvas prefieren parasitar a los pollos más pequeños del nido, por lo que los efectos negativos se acentúan más que en los pollos grandes, que suelen estar en mejor condición inmunitaria (imagen 3). A todo esto se suma el hecho de que, al ser una especie invasora en las islas Galápagos, Philornis downsi carece de enemigos naturales, por lo que sus poblaciones no pueden ser controladas.
Relación entre la masa corporal de los pollos y los costes del parasitismo de Philornis downsi. Cada punto gris es una especie de pinzón de Darwin, los azules son aves de Puerto Rico y los rojos aves del sur y centro de América. Fuente: Sabrina M. McNew y Dale H. Clayton (2018).
Y ante esta situación, ¿qué se puede hacer para salvar de la extinción a los pinzones de Darwin? Aunque los pinzones tienen sus propias defensas, como la activación del sistema inmunitario durante la época reproductora, se están llevando a cabo diversos proyectos de conservación para mantener estables sus poblaciones. El Parque Nacional de Galápagos y la Estación de Investigación Charles Darwin llevan varios años criando pollos de pinzón en sus instalaciones para evitar que sean parasitados. También se está estudiando la posibilidad de fumigar los nidos con permetrina, un insecticida inocuo para las aves pero que podría llevar al desarrollo de resistencias por parte de Philornis downsi (al igual que ocurre con los antibióticos y las bacterias); o incluso la introducción de un parasitoide exótico que controle la población de Philornis downsi, aunque se desconoce todavía la especie y sus efectos colaterales en el ecosistema.
La situación de las islas Galápagos es solo un ejemplo de lo que está ocurriendo a nivel global: la pérdida de biodiversidad debido a la introducción de especies invasoras. Por esa inconsciencia tan característica de nuestra especie, estamos perdiendo especies emblemáticas a un ritmo alarmante. Y en muchos casos actuamos cuando ya es demasiado tarde.
[1] Múscido: (Del lat. musca, mosca.) adj./ s. m. ZOOLOGÍA Perteneciente a una familia de insectos dípteros, como la mosca.