Con este escueto título pueden pensar que vamos a despejar una incógnita de la ecuación. Y es cierto, pero para que algún despistado no se lleve a engaño alguno, el Señor X del que vamos a hablar no está relacionado con el caso GAL, con ETA, ni tiene que ver con Felipe González (según algunos analistas políticos, él sería el supuesto Sr. X que se escondía tras la operación GAL). Tampoco incumbe a Homer Simpson, héroe de Springfield y que logró destapar los desmanes y “tejemanejes” de políticos y multinacionales. Todas las personas citadas anteriormente son ajenas a este artículo.
Tras la X, se esconde una bacteria, más concretamente una gamma proteobacteria de la familia Xanthomonadaceae: Xylella fastidiosa. El área de distribución de esta bacteria se restringía actualmente al continente americano, aunque abarca un rango de latitudes tan amplio que podemos encontrarla desde Canadá hasta Argentina, aunque el mismo no es homogéneo. Y dije se restringía puesto que recientemente se ha extendido hasta países como Taiwan o Italia, más concretamente en Salento, en la región de Apulia, sita al sur de la península itálica. Os preguntaréis después de daros la barrila: “¿Cuál es el problema con la bacteria?”. Muy simple, su enorme potencial patógeno, puesto que provoca diversas enfermedades de importancia económica en cultivos leñosos tales como la viña (provocando la enfermedad de Pierce), los cítricos (donde da lugar a la enfermedad clorótica variegada), el cafeto, frutales de hueso (almendro, olivar, etc…) e incluso en plantas de tipo ornamental como las adelfas, el plátano de sombra o el liquidámbar. Es justo decir también que aunque cuenta con alrededor de un centenar de hospedadores diferentes, en muchos de ellos no se han descrito hasta la fecha daños aparentes, por lo que sólo podemos inferir que actúan como reservorios del patógeno.
Aunque no se sabe con certeza cómo ha llegado a Europa y se desconoce la fuente original del inóculo, todas las posibilidades parecen apuntar a que haya podido llegar por medio de la introducción de material vegetal infectado, ya que Salento es una zona donde son frecuentes los viveros de plantas ornamentales. A esto hay que añadir que en el año 2014 se interceptaron en varias ocasiones plantas ornamentales procedentes de Centroamérica infectadas por la bacteria y que habían sido distribuídas a otros países de Europa para su uso decorativo. Esta hipótesis se refuerza gracias a los análisis genéticos realizados sobre la cepa que afecta al olivar en Italia, que resultó ser muy similar genéticamente a otras nativas de Centroamérica.
¿Y cómo se transmite entre diversos ejemplares de una misma especie? ¿Y de una especie a otra? Nuestra amiga Xylella fastidiosa (el epíteto específico da una idea del agravio que supone a los agricultores) se ayuda de insectos vectores, principalmente de cicadélidos (las conocidas chicharras) y cercópidos, hemípteros chupadores que se alimentan del xilema, el tejido vegetal encargado de transportar agua y sales minerales desde las raíces al resto de la planta. Además, la especificidad entre la bacteria y el vector suele ser muy baja, por lo que prácticamente cualquier especie de cicadélido o cercópido, las cuales abundan en las zonas de cultivo, puede ser vector potencial de Xylella fastidiosa, bastando con que se alimenten de brotes o ramas infectadas. Una vez que el insecto “adquiere” la bacteria, que se encontraba confinada en el xilema de la planta infectada, se multiplica en el interior del estilete de su vector y permanece en éste durante toda la vida del insecto con la esperanza de que la transmitan a cualquier otro cultivo del que éste se alimente.
Ya conocen al Señor X. Como ven, éste tiene algo más en común con el malvado que pretende acabar con el marvelita Lobezno que con los anteriormente expuestos al inicio de este breve. Los “malvados” planes del bacteriano Señor X no pasan por exterminar al olivar, es la estrategia de vida elegida por la bacteria, aunque bien es cierto que dicha estrategia vital pone en riesgo la economía de muchas familias de la cuenca Mediterránea que tienen la vid y el olivar como fuente de subsistencia. Las autoridades europeas de momento trabajan en la materia y han decretado una alarma sanitaria para intentar controlar al invasor que vino de América, donde por cierto, el problema está medianamente resuelto gracias a variedades transgénicas resistentes a la bacteria. No existe ningún producto a día de hoy que acabe con la bacteria tras casi 100 años luchando en el continente americano contra esta enfermedad, pero en Europa… como en la canción que interpretaba Doris Day, lo que quiera ser el tiempo nos lo dirá. Quizás sea hora de aunar intereses y redoblar esfuerzos e inversión, ¿no creen?
1 comentarios en “Xylella fastidiosa. Descubriendo al Mr. X”
Pingback: Artrópodos para acabar con Xylella fastidiosa - Hidden Nature