La geosfera es la capa sólida que comprende a la Tierra, compuesta de corteza, manto y núcleo; cada una con una estructura y composición diferente. Estas subcapas concéntricas que dividen a la geosfera están compuestas por una distribución heterogénea de minerales en diferentes estados físicos. Esto se debe a que medida que profundizamos en las capas de la Tierra, la presión y la temperatura incrementan, permitiendo que los minerales se encuentren en un estado líquido.
Por tanto podríamos decir que la geosfera comprende desde la superficie, donde nosotros habitamos, hasta el centro de nuestro planeta. La distancia de la superficie hasta el centro del núcleo, es de alrededor de 6.370 kilómetros.
Capas de la geosfera
Corteza
Es la parte más superficial de la geosfera, y se encuentra en contacto con la atmósfera y con la hidrosfera, capas de las que hablamos previamente. Las rocas que la forman están compuestas principalmente de oxígeno, silicio, aluminio y hierro; elementos químicos que se organizan para formar materiales ligeros, como los silicatos, carbonatos u óxidos de metales.
Los silicatos tienen una estructura química formada por silicio y oxígeno (SiO44-); los carbonatos de carbono y oxígeno (CO32-); y los óxidos tienen una base de oxígeno más un metal, aunque su molécula puede variar dependiendo del estado de oxidación (Aluminio: Al2O3 ; Hierro: Fe2O3).
En la corteza terrestre apreciamos multitud de fenómenos geológicos, tanto internos como externos. Internamente encontramos actividad proveniente del movimiento de las placas tectónicas (que veremos ahora en el “manto”), como por ejemplos los volcanes o terremotos. Externamente encontramos procesos de erosión, transporte y sedimentación; no directamente fruto de la geosfera sino de su interacción con las otras capas.
Corteza continental
Es la corteza con mayor espesor, rondando los 70 kilómetros. Encontramos rocas formadas por aglomeraciones de sedimentos de diversos tamaños (rocas sedimentarias) en la parte más superficial; mientras que en las zonas más profundas tienen rocas que han sufrido procesos de metamorfosis debido a la presión y a la temperatura, que provocan cambios estructurales en ellas (rocas metamórficas). Si hay algún volcán activo, es posible encontrar un tercer tipo de roca derivada del enfriamiento del magma volcánico (rocas fundidas), conocido como roca ígnea o magmática.
Corteza oceánica
La encontramos en los mares y océanos después de la plataforma continental. Su espesor es de alrededor de 10 kilómetros.
Las rocas que aquí se hallan son mayormente basaltos, una roca ígnea producto del enfriamiento rápido del magma en contacto con el agua. Sin embargo, podemos encontrar rocas plutónicas – como el granito – producto de un enfriamiento más lento.
Manto
Es la capa que está situada debajo de la corteza. Las rocas que la constituyen son ricas en oxígeno, magnesio, silicio y hierro. Se encuentra a temperaturas situadas entre los mil quinientos y los tres mil grados centígrados.
Es tan grande que posee alreadedor de un 80 % del volumen y casi un 70% de la masa de la Tierra.
Núcleo
Ocupa el centro de la Tierra. Las rocas que lo constituyen fundamentalmente son de hierro y níquel. La temperatura puede llegar cerca de unos cinco mil grados centígrados. Se encuentra justo debajo del manto hasta el centro de la Tierra (aproximadamente a 6.370 km).
En esta capa los materiales se encuentran en estado líquido y sólido, dividiendo al núcleo en la zona externa y la interna, respectivamente. El núcleo interno, pese a estar a mayor profundidad y temperatura, también hay mucha presión, lo que solidifica los materiales. En el núcleo externo, los movimientos de fluidos de minerales basados en hierro serían los causantes de la inducción y mantenimiento del campo magnético terrestre.