Los componentes del Sistema Solar están localizado en uno de los cinco “brazos” que tiene la Vía Láctea, denominado el brazo de Orión. Es un sistema con más de 4.568 millones de años y ha sido objeto de interés desde hace miles de años para todas las culturas mundiales.
Origen y evolución del Sistema Solar
Se considera que en la Vía Láctea podría estar compuesta de 300 mil millones de estrellas, donde entre ellas encontramos al Sol. Las estrellas son astros compuestos por dos gases – helio e hidrógeno- a una temperatura y una presión muy elevada, lo que permite un proceso físico llamado “fusión nuclear”, donde dos átomos se juntan para hacer uno de mayor tamaño, liberando muchísima energía en el proceso y que es lo que nosotros percibimos como luz y calor.
Existen muchas teorías acerca de cómo se formaron todos los componentes del Sistema Solar, y todos ellos se han ido cambiando a lo largo de los siglos gracias a los procesos del método científico. Se estima que la formación y evolución del Sistema Solar comenzó hace 4.568 millones de años, ocho planetas junto con sus satélites, planetas enanos asteroides, cometas y demás que giran a su alrededor del Sol gracias a la gravedad, como si se tratase de un imán con mucha fuerza.
Componentes del Sistema Solar y sus características
Como comentaba previamente, los planetas y otros cuerpos celestes giran alrededor del Sol describiendo elipses, lo que denominamos como órbita de los planetas. Cada planeta tiene su propia órbita con diferentes tamaños. El tamaño de las órbitas se relacionan con el tiempo que tarda el planeta en dar una vuelta completa al Sol, es decir, cuánto tiempo dura un año en dicho planeta.
Así pues encontramos los siguientes elementos en el Sistema Solar:
Sol
Es el componente del Sistema Solar por excelencia, de hecho, el sistema recibe su nombre gracias a ella. Es tan grande que supone el 99,9% de toda la materia que hay en ella y es más de 100 veces mayor al tamaño de la Tierra. Está compuesta de gases de muchos elementos, como hidrógeno, helio, oxígeno e incluso hierro en pequeñas proporciones, entre otros.
Su presencia o ausencia en el cielo es lo que conocemos como día y noche respectivamente. Durante el día percibimos la luz y el calor que irradia como resultado de las reacciones que tienen lugar dentro de ella, mientras que en la noche como mucho nos llega la luz del Sol reflejada por la Luna. La luz y el calor son determinantes para la vida en la Tierra, ya que permite procesos como la fotosíntesis de las plantas, y está relacionada con la distancia que existe entre nuestro planeta y el Sol.
Los planetas más cercanos al Sol también reciben mucho más calor y luz, al contrario de los planetas más lejanos. Para entenderlo mejor, el Sol actúa como un radiador y una bombilla a la vez, cuanto más cerca más calor y luz tienes, pero cuanto más te alejes menos luz y calor recibes.
Y pese a lo grande que la vemos, realmente se le considera mediana, existiendo en el universo conocido estrellas hasta 2.000 veces más grandes.
Planetas
Además del Sol, hay astros más pequeños que componen al Sistema solar, y entre ellos están los planetas. Ordenados del más cercano al Sol hasta el más lejano, hay 8 planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
A diferencia de otros cuerpos sólidos o gaseosos que también orbitan alrededor del Sol, los planetas se caracterizan por no tener otro tipo de cuerpos en su órbita contra los que puedan choca y, por tener una forma parecida a una esfera. Plutón ya no está reconocido como uno de los planetas del Sistema solar porque su órbita atraviesa la de Neptuno.
Planetas interiores
En este grupo encontramos a Mercurio, Venus, Tierra y Marte, que comparten un tamaño similar y pequeño en comparación con los exteriores, además de ser planetas sólidos o rocosos. Son los más cercanos al Sol, y se encuentran todos entre este y el cinturón de asteroides.
Planetas exteriores
Son planetas mucho más grandes envueltos en una masa gaseosa, por lo que también son conocidos como planetas gaseosos, aunque tienen un núcleo rocoso. Se encuentran más allá del cinturón de asteroides y describen grandes órbitas. Por ejemplo, Neptuno tarda 165 años terrestres en dar una vuelta completa al Sol, es decir, un año para Neptuno son 165 años para la Tierra.
Cuerpos menores
Son cuerpos celestes de un tamaño inferior al de los planetas y que también giran alrededor del Sol, pero compartiendo el espacio de su órbita con otros astros. Pueden llegar a ser relativamente esféricos, como por ejemplo Plutón o algunos satélites como la Luna; pero también pueden ser amorfos e irregulares, como los asteroides o las cometas.
En este grupo destacan los planetas enanos, como el ya nombrado Plutón o Ceres, y los “cinturones” del Sistema Solar. En este segundo grupo, además del Cinturón de asteroides, encontramos al Cinturón de Kuiper como un conjunto de cometas más allá de Plutón que orbitan alrededor del Sol.
En resumen, los componentes del Sistema Solar serían:
Una estrella: El Sol.
Cuatro planetas interiores: Mercurio, Venus, La Tierra y Marte.
Cuatro planetas exteriores: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Los satélites que orbitan alrededor de los planetas, como la Luna para la Tierra.
El Cinturón de asteroides y el Cinturón de Kuiper
Otros cuerpos menores como los cometas, meteoros y asteroides.